logo_principal_negro
Manifiesto por el derecho a una correcta iluminación en toda arquitectura.

 

En un mundo donde la arquitectura se erige como un derecho inalienable, también debemos reconocer el derecho universal a una iluminación correcta y saludable. La arquitectura no es solo una construcción física, es una necesidad vital para la subsistencia humana. Como Hundertwasser argumentaba, la arquitectura es la tercera piel del hombre, después de la epidermis y la ropa.

Desde los albores de la arquitectura, con las estructuras megalíticas y su evolución en las civilizaciones míticas de Egipto, Mesopotamia y Mesoamérica, la luz solar ha sido el principal elemento configurador de las estructuras arquitectónicas. La luz, en su infinita pureza, es el material primordial que permite percibir y habitar el mundo tridimensionalmente.

Desde la antigüedad, Vitrubio, en el Libro VI de "De Architectura", discutía la orientación de las casas según las estaciones y la latitud, destacando cómo la luz y el calor del sol influían en la habitabilidad de los espacios interiores. La necesidad de aprovechar la luz natural y adaptar las construcciones para maximizar el confort térmico y lumínico ha sido una constante en la historia de la arquitectura.

No existe, a lo largo de la historia, un solo arquitecto que no haya venerado la iluminación como uno de los materiales constructivos esenciales. Desde las antiguas estructuras como Giza, Chichen Itzá, Teotihuacán o Tiwanaku, hasta las atmósferas de las iglesias bizantinas como Santa Sofía, la cromaticidad del espacio sacro gótico, la racionalidad de la luz renacentista y su contraparte expresiva y teatral en el barroco, hasta los maestros del siglo XX como Louis I. Kahn, Le Corbusier y Luis Barragán, llegando a las atmósferas de Peter Zumthor, todos han reconocido la centralidad de la luz en sus creaciones.

El siglo XX trajo consigo el florecimiento de la iluminación artificial, agregando una nueva dimensión a la arquitectura y presentando al diseñador de iluminación como un nuevo actor en este campo. Sin embargo, este avance no ha estado exento de controversias y aplicaciones incorrectas, desde la excesiva iluminación nocturna hasta el mal manejo de las longitudes de onda, en su expresión cromática, que afectan fisiológica y biológicamente al ser humano y otras especies, creando entornos ecológicamente inadecuados.

Estamos en un momento crucial donde los avances científicos nos han hecho conscientes de estos efectos, pero estas afectaciones aún pasan desapercibidas y son ignoradas. ¡Es imperativo proclamar el derecho a una iluminación correcta en toda arquitectura!

El siglo XX también vio una reflexión profunda sobre la edificación digna, impulsada desde la Arquitectura Moderna por figuras como Juan O´Gorman, Hannes Meyer, Mario Pani, Teodoro González, entre otros; por otro lado desde la visión de diseño participativo, arquitectos como Oscar Hagerman, Rozana Montiel, entre otros, también han trabajado por el bienestar y la creación de una "tercera piel" del hombre, saludable y vital.

Junto a estos avances, ha crecido y se ha desarrollado la disciplina de la arquitectura de la luz y el diseñador de iluminación. No obstante, en gran parte de Latinoamérica, la importancia de integrar un diseño de iluminación correcto en la arquitectura sigue siendo limitada. Considerando que esto se debe a varios factores:

  • Falta de conciencia sobre los impactos de la luz en los seres vivos.
  • Una cultura del diseño de iluminación aún en desarrollo, donde las edificaciones se "iluminan" funcionalmente, no como una necesidad vital.
  • Falta de conocimiento técnico por parte de quienes ejecutan proyectos de arquitectura.
  • El conocimiento de iluminación se limita a unos pocos profesionales especializados.
  • El diseño de iluminación parece exclusivo de proyectos con grandes presupuestos para integrar especialistas.

El acceso y la disponibilidad a una formación especializada en diseño de iluminación es crucial. La educación siempre ha sido un factor clave para la difusión del conocimiento. Por ello, a través de KNOWLIGHT, lanzamos este manifiesto "A Light for All" para impulsar y promover la democratización del conocimiento en iluminación. De la misma manera que la arquitectura es un derecho inalienable del ser humano, también debe serlo una correcta iluminación.

Proclamamos "A Light for All" como un derecho humano fundamental. En KNOWLIGHT estamos convencidos de que la educación en iluminación debe tener un alcance más amplio, permitiendo a todos los estudiantes de arquitectura e interiorismo, así como a los profesionales en ejercicio y demás involucrados, integrar un diseño correcto de iluminación en cada espacio construido. Este derecho no debe ser exclusivo de quienes pueden pagar grandes cantidades por un especialista en diseño.

Cuanto más se divulgue el conocimiento en iluminación, mejores serán las condiciones de la arquitectura en la construcción de atmósferas lumínicas correctas, beneficiando así a un mayor número de personas. Este es nuestro compromiso y nuestra misión: democratizar la luz para todos.

 

Jesús Téllez Parra, Knowlight

 

 

Comparte:
logo_principal_blanco